domingo, 27 de abril de 2014

Inmensidad y RH Negativo

Bogotá es una ciudad inmensa. La ciudad más grande que nunca vi.

Para un tipo de Pamplona acostumbrado a no tocar el coche demasiado y hacer casi todo a pie, a ir por la calle y en cosa de media hora saludar a seis o siete paisanos y que te suenen otros cinco ir a ciudades tipo Madrid nos resulta exótico y el metro una aventura divertida aunque el Cercanías nos infunde más respeto porque te lleva a lugares muy lejanos...

Bogotá, son grandes ligas.

No sé qué lugar ocupa en rankings oficiales pero en el mío es mastodóntica. Y eso lo sé porque ayer me llevaron al Cerro Guadalupe (más de 3.000 metros de altitud) y la panorámica de la inmensidad aún me perturba. 

No en vano es una ciudad de casi de 1.800 Km² y desde ese cerro se te pierde la vista intentando dimensionar la ciudad. Trayectos de casi una hora en taxi en la ciudad parecen distancias de unas pocas cuadras, de hecho el viernes un taxista no me quiso llevar a un sitio porque estaba muy lejos y además, como dicen aquí, había tremendo trancón. Vamos, lo que viene siendo un atasco del copón.

Y es que Bogotá es eso, inmensidad y tremendo trancón. Una ciudad colapsada por el tráfico donde el transporte urbano no es eficaz y es necesario tener un coche pero si lo sacas a la calle te atascas... eso pese a que tienen una normativa llama de "pico y placa" un invento de esos por los que según si tu matrícula termina en número par o impar puedes circular o no excepto los findes donde pueden circular todos los coches y el trancón ya sí que es trancón del copón coponero.

Como otras ciudades de este continente, es una ciudad de contrastes y pasas de estar en New York a estar en las 6.000 viviendas. Galerías comerciales con todas las grandes marcas, coches de alta gama y si te das una vuelta por el centro de la ciudad cambia a venta ambulante por las aceras o carros tirados por burros conviviendo con los coches.

Y hoy sigo con mis contrastes porque esta noche me monto en un autobús y tras un viaje de poco más de 400 km pero más de 9 horas me llevará de Bogotá a Barrancabermeja. De 14 grados a 32. De una capital a una ciudad de provincias meramente petrolera. De la ciudad al campo.

Además, venir aquí me ha servido para que tras 42 años sepa cuál es mi grupo sanguíneo. Acá, sin una prueba de RH no hay Cédula y sin Cédula no eres residente y yo, ya lo soy. Y además soy A negativo. RH negativo, como debe ser. Esto es mucho más importante que tener ocho apellidos vascos.

Y ni aunque soy inglés ni esto es New York, la cosa va por ahí. Por eso

Mientras escribo suena: Englishman in New York. Sting

lunes, 21 de abril de 2014

Cajas y pimientos rellenos

Caja sobre caja. 

Así es el estado de mis pocas pertenencias ahora. Mi pequeña vida empaquetada en cartón y cinta de embalar. Por supuesto, nada de marcar las cajas porque eso lo iba a dejar para más adelante y, ahora, no sé que hay en cada una de ellas... Típico.

Cuatro mudanzas en dos años y medio han logrado que cada vez la purga de pertenencias sea mayor, no obstante tengo y transporto más cosas de las que me gustaría.

Mientras clasifico, elimino, medio ordeno y empaqueto cosas voy cogiendo un par de kilos gracias a las 256 despedidas, basadas en comer, beber y otros asuntos ocasionales y al síndrome materno de: "Come de esto que ya veremos qué comes por ahí". 

Hasta que sin previo aviso la amatxo ataca con una cazuela de pimientos rellenos. Sus pimientos rellenos... Hace años que no los hacía porque es un trabajo de muchas, muchas horas y a la mujer le da pereza. Ahí me di cuenta de la gravedad del asunto. 


Así que entre cajas, comidas al límite de la emoción, despedidas constantes me quedan dos días para marchar que ya va siendo hora.

El próximo post desde Colombia. Y punto.


Suena mientas escribo: Living in a box. Living in a box

jueves, 10 de abril de 2014

El porqué de las cosas

Un trato siempre hay que cumplirlo porque es la base de la confianza. Ya sabes, si tú me cuidas, yo te cuido...

Con este post comienza mi blog acerca de lo que me va a ir sucediendo a partir de la semana que viene en otro lugar, con otro trabajo, con otra situación... 

Muchas veces no sé explicar porqué he decidido irme a Colombia... muchas personas lo entienden en clave de experiencia, de vivencia pero para mi es diferente. Creo que siempre he querido ser así y hacer las cosas así pero la vida me llevó por otros caminos... Estupendos todos ellos pero diferentes. 

Cuando alguien me pregunta porqué me voy a Colombia o me comenta que hace nada volví de Boston que sino es mejor buscar algo de estabilidad aquí, que estas no son cosas de cuarentones creo que uno de mis escritores favoritos ya os lo estaba explicando a principios del Siglo XX:

"Me convertí en vagabundo por la cantidad de vida que había dentro de mi, por la pasión de viajar que palpitaba en mi sangre y que no me dejaba tranquilo.

Emprendí el camino porque no pude evitarlo, porque no llevaba en los bolsillos de mis vaqueros suficiente dinero para un billete de tren, porque no poseía el mismo carácter que aquellos que trabajan toda su vida en un único empleo de largas jornadas laborales.
Y, en fin, porque es implemente más fácil irse que quedarse..."

Jack London. "The Road"

El 24 me voy.

Mientras escribo suena: Why?. Annie Lenox