viernes, 8 de mayo de 2015

No me gusta olvidar

La verdad es que tenía este rincón abandonado... No por no tener cosas que contar sino porque, posiblemente, no he tenido la necesidad de hacerlo o simplemente me agarró la pereza...

Y es que creo que he conseguido sacar de la popularidad este blog y si alguien cae por aquí bienvenido pero es que ahora estoy escribiendo para mí porque hoy ha pasado algo fantástico. Hoy, por primera vez, he podido escuchar completa la canción que voy a poner debajo sin que al segundo acorde me derrumbase. Hoy, más que nunca, quien me lea tiene que hacerlo escuchando esa canción.

Hoy, siendo un día más de mi vida, va a ser un día que no voy a olvidar y es paradójico porque esto va sobre el paso del tiempo y el olvido. Olvido no como peyorativo sino como efecto del paso del tiempo.

Los recuerdos y vivencias los veo como en un desierto y  la arena poco a poco los va cubriendo de nuevos recuerdos y vivencias y si no haces nada por mantener los antiguos recuerdos, la inevitabilidad del paso del tiempo, terminará por cubrirlos y eso, si hablamos de recuerdo, se llama olvido. Y a mí no me gusta olvidar.

El uno de septiembre de 2006 uno de mis mejores amigos murió al no poder superar una leucemia. Aunque vivíamos a 1.000 km de distancia desde el día que nos conocimos la conexión fue total y la amistad intensa. Como estaba realmente enfermo, un par de meses antes, estuve viéndole y fue bonito porque, de alguna manera y sin hablarlo claramente, nos despedimos. Los dos lo sabíamos y cuando le puedes decir a una persona adiós cierras un círculo emocional, no quedan flecos de vida colgando y eso es bueno porque esos flecos pueden hacerse jirones y se pierde el alma deshilachada por ahí y eso duele in eternum.

Ese uno de septiembre yo estaba en un concierto de mi banda favorita de toda mi vida, Pearl Jam. Fue un concierto mágico en el que acabé llorando de la emoción que me transmitieron en el escenario. Hubo algo especial, no sé lo qué, pero lo hubo.

Tras el concierto fui a dormir y, a la mañana, siguiente cuando encendí mi teléfono móvil tenía dos llamadas de él y como diez de su novia y, en ese momento, supe que algo malo había pasado. De algún modo supe que mi hermano del alma, Eladio, había muerto. Y tuve que llamar a su novia y me lo confirmó...

Hasta hoy no he superado que él me eligiese como una de las tres personas a las que llamo a punto de morir, porque sabía que se iba, para despedirse... Llamó y yo no estaba... Y eso no lo quiero olvidar nunca. No para hacerme daño sino para recordarle y que la arena del desierto no me borre su cara.
Y ese recuerdo lo transformé en la preciosa canción de Pink Floyd "Wish you were". Esa canción es mi recuerdo de mi compadre y hasta hoy, como ya he explicado, al escuchar los dos primeros acordes me venía abajo pero hoy, sin buscarla, ha pasado por mis oídos y no ha sucedido eso. Al contrario, la he escuchado y he sonreído.

Por eso hoy es un día especial porque creo que me he perdonado no estar al otro lado del teléfono en ese momento porque creo que ya no soy culpable de haberle defraudado en la despedida.

Hoy me siento en paz con mis recuerdos y mis fantasmas porque sé que Eladio no me lo tuvo en cuenta, porque los hermanos no se tienen en cuenta esas cosas.

Mientras escribo escucho: Whis you were here. Pink Floyd 

viernes, 9 de enero de 2015

Volver a CASA

Siempre me ha gustado ir a sitios. Y de niño no tanto porque siempre me mareaba en los desplazamientos en coche y autobús. Nadie sabe las veces que hice parar a mi padre su Renault 12 Familiar granate para que yo vomitase.

Ir y volver para volver a marcharte sabiendo que siempre puedes volver y por el camino de ir y volver te quedas, pero sabiendo que siempre puedes volver. Y la clave de irse es volver. Saber que puedes volver, porque volver significa que hay algo ahí que te espera. Porque volver, para mi a hora es volver a a casa. Para mi esa es la definición del sentimiento de "casa". 

Casa no es un sitio de paredes, suelos, ventanas y demás cacharrerías. Casa es ahí donde siempre puedes volver y vas a tener un hueco y más que un espacio físico, vas a tener un hueco emocional y un soporte para los sentimientos, Casa es que se lancen tus sobrinos al cuello, casa es reírte con tu madre mientras te miras a los ojos con amor infinito aunque no le vas a decir cuánto la quieres, casa es ese abrazo de los de apretar con un amigo, casa es la risa tonta sobre las mismas bromas de hace 20 años con tu cuadrilla, casa es la jarra de cerveza (obligada) con tus compañeros de equipo tras entrenar, casa es salir por Pamplona a pasear y saludar a doce personas en una hora. Esa es mi CASA.

Lo bueno de eso es que esa casa siempre la voy a tener ahí aunque me vaya y por el camino me quede en otras ubicaciones geográficas. Lo bueno y lo malo de ir y quedarte es que se generan nuevas pequeñas "casas" emocionales. Nada que ver con la "CASA" que conecta directamente con tus raíces y con tu sentimiento de pertenencia y que da sentida a qué, quién y cómo eres. Esa CASA está revestida de tu identidad más primitiva más auténtica es la única razón por lo que dejaría todo, robaría y hasta mataría (no es broma).

Pero las nuevas casas más pequeñitas están ahí recordándote que dejaste pedacitos de ti en ellas y que también quieren sus cuidados y uno, en realidad, también quiere volver a esas casas. Esto me acaba de pasar al volver a Boston estas navidades tras más de dos años y medio tras mi marcha de allá. Boston, como ciudad, siempre será especial para mi pero lo será en tanto en cuanto siga teniendo personas que me interesan allá porque son esas personas las que me hacen ir.

Pero es curioso porque mientras estaba disfrutando en Boston, echaba de menos Colombia y mucho más las navidades en CASA y es que creo que tengo un claro riesgo de disgregación emocional por ubicación y, sobre todo, por desubicacion.

Pero es que, como ya he comentado en otros posts, me he dado cuenta (por fin) que carburo mejor en funcionaniento, en movimiento. Si me paro pierdo el equilibrio pero si me muevo, si voy y vuelvo pero por el camino me quedo soy mejor y soy más feliz aunque tenga sensación de desubicación a veces. Y es que mi área de confort consiste en estar tensionándola y buscar la desubicación porque en cuanto me ubico me paro y pierdo el equilibrio.

Así que no me ha quedado más remedio que seguir moviéndome sabiendo que siempre voy a tener esa CASA a la que voy a volver pero me voy a tener que marchar porque es lo mejor para mi. Y este es mi blog, así que es para mi y me ego.

¿Qué cómo estoy por Colombia? 

Tal que así. Muy bien. Superbien. Cojonudamente. Por eso ya he planteado el quedarme más tiempo del previsto inicialmente y ya no me voy a volver en mayo me volveré para julio. Este año sanfermines en casa, pero no antes. 

Toca renovar visa en marzo por un año, estar hasta junio por acá, volver a CASA y, si todo va bien, vuelta a Colombia por otra temporada. Así están las cosas mientras miro de reojo otras, claro está...

Me han "ofrecido" nuevas responsabilidades y a mi eso me pone y con ganas las tomo. Me va a tocar salir menos a región y hacer más trabajo de gestión pero a mi siempre me gustó mezclar cosas diferentes porque sino me aburro y si yo me aburro es que estoy parado y si me paro... 

Mientras escribo escucho: The London Quireboys. Take me home